Ya dotado por naturaleza, de una belleza propia y totalmente definida, se le une su gran versatilidad, y posibilidades en cuanto a su tratamiento y elaboración.
Podemos distinguir principalmente, atendiendo a sus características en cuanto a dureza, porosidad y conformación metamórfica, varias cualidades unificadas en este bello material.
Sin ser un material excesivamente duro, si es muy abrasivo, esto quiere decir, que somete a un gran desgaste, los utensilios empleados en su elaboración, que hace aumentar su coste final.
Como contrapartida, tiene grandes posibilidades de elaboración y texturas diferentes.
Dada su gran porosidad, admite el proceso de envejecimiento, confiriéndole una belleza suprema, permite el pulimento, previo tapado de los poros, en sus dos formatos, con pasta transparente, lo que le permite ver los poros y fisuras, y con pasta opaca,en su propio color, disimulando todos las porosidades. De ambos modos su belleza está garantizada.
Dada su conformación morfológica, tiene la posibilidad de dos tipos de corte diferente. El corte longitudinal, es decir, cortado en el mismo sentido de las vetas, lo que conlleva el realce, de lo que podemos llamar, ley de piedra, o sea, las vetas de la piedra se realzan. Este tipo de corte, le confiere, según la calidad del bloque, algo más de fragilidad, pues la veta queda al descubierto, pero de cualquier forma la belleza está asegurada.
La otra posibilidad de corte, sería al contrario de la veta, lo que hace que el hilo de la piedra no se aprecie, pero por el contrario,da al material una vez elaborado, una mayor dureza y resistencia a las roturas, también da una mayor uniformidad en la estética, más uniformidad a la superficie ocupada.
Por consiguiente, el mármol travertino, es muy utilizado en enchapados, tanto de fachadas como en cuartos de baño, sin embargo, en escaleras y solerías es menos recomendable, sobre todo en lugares muy batallados, debido a su desgaste.
En el formato escalfilado, tiene gran demanda, por su estética, pero en este tipo de elaboración, se encarece mucho, pues tiene un gran desperdicio, propio de su textura, que puede llegar a ser de hasta un 60 %.
Existen una gran variedad de travertinos en el mercado, los más comunes y empleados son, el Romano de Italia, el turco en sus diferentes tonalidades, y los travertinos de Almería, en sus diferentes colores ( amarillo, rojo, olivillo, multicolor etc,).
En cualquiera de sus formatos de elaboración, el mármol travertino confiere a cualquier construcción donde se emplee, un estilo propio, señorial, creando un ambiente cálido y señorial.
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