jueves, 3 de mayo de 2012

¡¡ AUTONOMÍAS !!

Los orígenes de la división administrativa de España y las aberraciones posteriores, perpetradas para satisfación política.
En el año 1833, el entonces Ministro de Fomento Don Javier de Burgos, realizó la división administrativa de España, estableciendo un estado centralizado en 49 provincias, al frente de cada una de las cuales, se hallaba un jefe político (despues llamado Gobernador Civil) a cuyo cargo estaba la representación del gobierno central, y la coordinación administrativa de todos los servicios provinciales, de los cuales era jefe y responsable.
Poco despues en 1836, se crearon las diputaciones provinciales, cuya finalidad era coordinar los servicios propios de cada unidad provincial, y supervisar las funciones municipales, coordinandolas, en su caso, a fin de que el desarrollo de cada provincia, y los asuntos propios de la misma, tales como carreteras, comunicaciones, y todas cuantas competencias, no pertenecientes al estado central, estuviera garantizada, su eficiencia y funcionamiento.
Este sistema dio excelentes resultados, y duró nada menos que ciento cincuenta y cinco años, hasta que un día, los que Unamuno en la década de los veinte llamó "pruritos nacionalistas", despertaron pujantes a la sombra de un gobierno permisivo y miope y España fue dividida en diecisiete reinos de táifas, que reduplicaron las redes de poder sobre la estructura anterior, y no hicieron otra cosa, que jugar a ser "Estados", con todos los inmensos gastos que esta condición conlleva.
Diecisiete parlamentos legislando (unos diferentes de los otros), diecisiete presidentes que juegan a ser Jefes de Estado, con "embajaditas" dentro y fuera de España, Delegados y Subdelegados del Gobierno central, con un montón de diputados autonómicos, miles de coches oficiales,  de asesores, de teléfonos móviles, dietas, sueldos y gastos de viajes, y en definitiva, un despilfarro que acabará arruinando el país.
En resumen, hemos cambiado una estructura económico-administrativa razonable, y poco costosa, que funcionaba satisfactoriamente, por otra gigante, ineficiente y sumamente cara.
Aunque el clamor de la calle contra las autonomías, es cada vez mayor, los políticos hacen oidos sordos y continuan con sus proyectos de restricción de gastos a la ciudadanía, exigiendo más y más sacrificios a la gente de a pie, pero preservando para ellos, el vivero de prevendas y de dinero, que les proporciona esta estructura autonómica, irracional, desigual y sobre todo excesivamente cara, y para "justificarse", se acomenten obras inútiles, imnecesarias y a precios astronómicos, como los aeropuertos de Ciudad Real y de Castellón, por nombrar algunos de los disparates más recientes, acometidos por nuestros líderes políticos.
Ya se están empezando a ver claramente la rebeldía de estos entes autonómicos contra el Gobierno central, atentados por unos separatismos aldeanos, obra de políticos sin conciencia y sin calidad humana.
Así vemos cada año más pujantes, las insumisiones fiscales, y las independencias catalanas y vascas y para que seguir enumerando "disparates".
Cuando el banquero mallorquín Juan March, se enfrentó a la Segunda República, corría un slogan popular que decía: "O la República acaba con March, o March acaba con la República".
Pues bien, en estos momentos podríamos decir otro muy parecido: "O España acaba con las Autonomías, o las Autonomías acaban con España".

Este interesante artículo, ha sido escrito por el Doctor en Ciencias Política y Sociología, Don Fernando Álvarez Balbuena y publicado en el periódico asturiano La Nueva España.

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